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Mi primer artículo: Sin sorpresas, pero con muchas dudas

  • Foto del escritor: Diego Castillo
    Diego Castillo
  • 16 mar 2017
  • 2 Min. de lectura

‘Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo’, Albert Einstein. Cito al gran genio que en algún momento visitó Panamá, pero seguro que esa frase no la dijo estando en nuestro istmo.

Año tras año, veo, leo y escucho opiniones sobre qué debemos hacer para mejorar el rendimiento de nuestros atletas. Como siempre, en palabras se mantienen todas esas intenciones y más que nunca me doy cuenta de nuestra crisis deportiva al ver el medallero de Veracruz-2014, en el que solo obtenemos un metal dorado, dos plateados y cuatro de bronce.

Logrando nuestra peor participación desde los Juegos de Ponce 1993.

La posición 14 en el medallero nos coloca por debajo de todos los centroamericanos, menos Nicaragua y Belice, cuando económicamente vociferamos que somos superiores.

¿Por qué nuestro deporte no refleja esa realidad? El deporte o se maneja como una empresa privada, el deporte no se maneja políticamente, el deporte no es un gasto, al contrario, es una inversión a futuro por el bien de los atletas.

Edgar Crespo, de lo más destacable, es la principal figura porque sin obtener medalla de oro vuelve a ser el máximo medallista y el atleta con más metales en su cuello desde el retiro de Eileen Coparropa en justas regionales, algo mucho más de admirar es que nunca le ha dicho que no a Panamá.

Eileen Grench nos regaló la única medalla de oro, pero en Guadalajara-2011 nos dio nuestra única medalla.

Carolena Carstens, Kashany Ríos, Rodolfo Waithe y el quinteto nacional demostraron que tienen corazones de acero y, a pesar de la mala planificación, saben hacer llevar los colores.

Quizás con Atheyna Bylon hubiéramos obtenido un oro más y nos colocaríamos en el puesto 10, pero eso les pasa a todos los países en estos juegos, no llevan a sus mayores figuras.

Todo esto radica en la dirigencia que no planifica los boletos de viaje comprados a última hora, atletas haciendo huelgas antes de viajar y llegan allá para perder todos los juegos, otro tema es que entrenadores que improvisan y cegados tiran al ruedo a atletas que sin tener el nivel compiten contra campeones olímpicos en muchas ocasiones. Un dirigente no solo viaja y da dinero a los atletas, un dirigente toma las riendas de su ente deportivo y planifica pensando en quienes pelean por las medallas, los deportistas.

Si no hay cambios en la dirigencia, penosamente llegamos a Río-2016 de la misma manera en la que llegamos a Londres-2012: improvisando.


 
 
 

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