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Panamá, el “Hub de las Américas” y ¿del Derecho Deportivo?

  • Alberto Yelmo, Consultor de Derecho Deportivo
  • 20 mar 2017
  • 5 Min. de lectura

El Comité Olímpico de Panamá abre sus puertas a cuatro referentes nacionales del Derecho Deportivo.

El 4 de julio de 2016, la Autoridad de Turismo de Panamá, dentro de la candidatura a los XXIV Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe, definió al aeropuerto más importante del país como el “Hub de las Américas”, debido al gran crecimiento en el flujo de visitantes y a su situación estratégica tan particular. El mismo crecimiento que está ocurriendo en el Derecho Deportivo, cuya expansión en Panamá convertirá al país en centro de referencia y destino obligatorio para profesionales y estudiantes procedentes de toda la Región de Centroamérica.

Analizamos la situación del Derecho Deportivo en Panamá de la mano de cuatro grandes especialistas:

A Damaris Young, Manuel Díaz, Evaristo Domínguez y Jaime Quintero les unen tres elementos: su nacionalidad panameña, su pasión por el Derecho Deportivo y su paso por España como estudiantes de máster

En cuanto surgió la oportunidad de visitar España para entrar en contacto con el Derecho Deportivo ni se lo pensaron, ya que en Panamá no existía (ni existe) la posibilidad. Durante tres ediciones diferentes (de 2009 a 2011), participaron en dos de los máster de referencia que se imparten en Europa (el de ISDE y el de Lleida), y una vez finalizadas sus prácticas regresaron a Panamá para dedicarse de lleno al ejercicio profesional del Derecho Deportivo.

El origen del Derecho Deportivo en Panamá se escribe a través de los testimonios personales de estos cuatro panameños.

Antes de dedicarse al Derecho Deportivo, todos ellos ya ejercían profesionalmente. Para Damaris, sus inicios en el Derecho Deportivo se dieron a partir de 2013, con motivo de unas elecciones en el Comité Olímpico de Panamá.

En 2007, Evaristo ya se dedicaba a revisar algunos contratos de patrocinio. A partir de 2012, tras finalizar el máster, empezó a trabajar especialmente con clubes panameños.

Jaime tomó su primer contacto a través de la Federación Española de Golf, y tan pronto como regresó a Panamá en 2012 se involucró en el proyecto de creación de la Asociación de Futbolistas, apoyando a Manuel Díaz. Hoy por hoy, lleva sobre todo los contratos de los jugadores y casos ante la FIFA.

Manuel se inició en el año 2009 en el Tribunal Antidopaje Italiano, con sede en Roma, y actualmente, tras recibir el relevo de Jaime en AFUTPA, se especializó en el asesoramiento y representación de jugadores, incluyendo la reclamación de deudas ante la FIFA, lo cual combina con formaciones en la Escuela de Entrenadores de Fútbol.

Como máximo aliciente de su actividad, todos ellos destacan la posibilidad de crear un cambio real en la gestión y el desarrollo del deporte panameño, de forma que éste comience a entenderse, además de como un derecho social accesible a toda la población, como una actividad económica que requiere una gestión profesional a través de recursos humanos con experiencia y formación.

Según Evaristo Domínguez, una de las cuestiones que le falta al deporte panameño es “autonomía e independencia en los organismos en busca de una mayor honestidad y en beneficio de los atletas”, así como “instancias especiales con conocimiento de las normas en las que se resuelvan los conflictos deportivos”.

Para Jaime Quintero, “esa parte de instruir para educar a los deportistas” (en relación con los contratos que van a firmar) ha sido un paso adelante muy importante. Sobre los dirigentes que ven la presidencia de un club como un hobby, Jaime recuerda que “tener a tu disposición treinta personas no puede ser una afición, porque esas personas dependen de ti”.

Manuel Díaz destaca “el reto que representó apostar por el Derecho Deportivo cuando no se tenía como una salida profesional posible”, mientras que actualmente “el deporte en Panamá representa más bien una oportunidad para quienes se quieren dedicar a ello profesionalmente”. Ellos cuatro lideran una comunidad, casi una familia, en plena apertura al Derecho Deportivo.

Durante la última década, la economía panameña ha sido de las de mayor crecimiento en todo el mundo. Entre 2001 y 2013, el crecimiento medio anual fue del 7.2%, manteniéndose en 2014 y 2015 en torno al 6.0%. Según el Banco Mundial, para los años 2017 y 2018, este crecimiento se situará en el 6.1%. Sin embargo, el movimiento deportivo nacional no ha podido beneficiarse de manera directa de ese crecimiento para desarrollarse adecuadamente.

Damaris Young, asesora legal y de gestión del Comité Olímpico de Panamá, asegura que el gran éxito de la organización ha sido que “los ingresos procedentes del Estado se hayan reducido notablemente, lo que significa que el Comité ha sido capaz de realizar una autogestión de sus fondos”, llegándose a conseguir hasta un millón de dólares de ingresos privados nacionales.

En realidad, el primer gran problema del deporte en Panamá es la ausencia de control o de un registro sobre los deportistas que realmente participan en el denominado deporte organizado o federativo, frente a aquéllos que únicamente practican algún tipo de actividad deportiva por placer o salud, lo que impide calcular fielmente la inversión del Gobierno en el deporte que forma parte del Movimiento Olímpico, así como una gestión efectiva de la actividad deportiva.

Para Young, sí es positivo que los Juegos de 2022 van a propiciar “el establecimiento de un plan reflexionado para la inversión en el deporte olímpico consensuado entre Pandeportes y el COP”, incluyendo la construcción de instalaciones deportivas para la práctica de más de una decena de disciplinas olímpicas que todavía no cuentan con las infraestructuras necesarias.

Por su parte, Díaz destaca que “la responsabilidad de gestión también corresponde a los diferentes actores del movimiento deportivo, como las federaciones y los clubes, quienes igualmente deben hacer un ejercicio de capacitación para su autogestión, ya que no es proporcional la riqueza privada que hay en el país con la inversión que llega al deporte”.

Para todos ellos, una de las disciplinas que debe servir de ejemplo en el ámbito del Derecho y la gestión deportiva en Panamá es el Flag Football, deporte en el que la selección femenina se alzó con el último campeonato mundial a finales del pasado año. Para Quintero, el verdadero valor de esta disciplina “es que en cuanto a apoyos (económicos), han conseguido llegar mucho más lejos que otros y además han permitido entrar a personas nuevas”.

Según Damaris, que asesora a la federación, “el éxito está en que la Junta Directiva sigue el asesoramiento de especialistas”, y ello se ha traducido en un “elevado respeto a las decisiones de la federación cuando existe alguna controversia”. Para Díaz, “la ideología que rodea a este deporte es completamente distinta, puesto que se basa en una alta disciplina de los participantes”. Todas ellas, razones evidentes del crecimiento de una disciplina que sí ha conseguido atraer el interés de patrocinadores y medios televisivos.

EL DERECHO DEPORTIVO EN PANAMÁ

El Derecho Deportivo ya ha encontrado un pequeño hueco en la oferta formativa de carácter jurídico en Panamá, aunque a día de hoy se mantiene muy lejos de otras áreas del derecho mucho más arraigadas, como el Derecho Marítimo internacional, ya que gran parte de la economía de Panamá depende del Canal. Esta diferencia genera una importante oportunidad para los centros formativos internacionales de referencia en materia de Derecho Deportivo, que pueden aprovechar el “Hub de las Américas” para ofrecer un producto de calidad dirigido a estudiantes y profesionales panameños y Centroamericanos, quienes tienen un gran interés en recibir formación específica y de prestigio en la materia.

El Comité Olímpico de Panamá desarrolló en 2016 el I Diplomado en Derecho Deportivo, con la estrecha colaboración de la Facultad de Derecho de la Universidad de Panamá. El contenido formativo, que nunca antes se había ofrecido en Panamá, generó gran interés por parte de la comunidad académica y de los dirigentes deportivos. En total, 21 personas terminaron exitosamente el Diplomado, que tuvo una duración de 100 horas.

El principio de un camino que llevará a Panamá a convertirse en un hub de referencia en Derecho Deportivo para la Región de Centroamérica y toda la comunidad iberoamericana.

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